¡Cuidado con la mano, don Lalo!


Patrocinada por don Abelardo Carrillo, próximamente iniciará trasmisiones la televisora de Carlos Núñez e Inocente Alcudia. Con este nuevo canal, don Abelardo podrá presionar mediante terceras personas, como quien no quiere la cosa, al gobernador del Estado para ver si apergolla algo, quizá una diputación federal, en la rifa de candidaturas que comenzará en breve. O al menos eso pretende el ex gobernador, pero no es lejana la posibilidad de que, en lugar de una curul en el Congreso de la Unión, reciba una dentellada en la mano.


El 9 de mayo pasado, mientras viajábamos a Hecelchakán, Carlos Núñez intentó convencerme de las bondades de trabajar con don Abelardo. Entre otras ficciones, me dijo que Carrillo Zavala me tenía en muy alta estima, cosa que no entendí pero agradecí; y que a don Abelardo le encantaba la idea de colaborar con la libertad de expresión, siempre y cuando se le pagara su millón de pesos anuales, costo del canal que él nos iba a entregar, y la susodicha libertad exceptuara dos temas: al obispo y al PRI, a quienes no se les podría tocar ni de casualidad.


Como no me vio convencido a pesar de tan seductores argumentos, Carlos Núñez arreció sus embates y me explicó que no tenía de qué preocuparme en cuanto a la línea editorial de la televisora, porque don Abelardo es muy ignorante y, por tanto, fácilmente manipulable. Y para no dejar dudas en cuanto a la poca sal en la mollera del ex gobernador, Núñez me contó que semanas atrás había ido a platicar con él, que entre la cháchara le presumió que había comprado un disco con una versión chingonsísima de Carmina Burana y que Carrillo Zavala, pobrecito, le preguntó: “¿Y esa qué canta?”.


Hágame caso, don Abelardo, y corra a ponerse guantes o a que le apliquen la antirrábica. Me lo va a agradecer.

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