Peña Nieto de carne y hueso


En la entrevista que por supuesto, claro, but of course que no estuvo arreglada, es decir, la que le hizo Luz-pedito y nos recetan cada 5 segundos por los canales de Televisa, Enrique Peña Nieto impresiona porque se ve sobrado, seguro de sí mismo, rebosante de argumentos que además articula en un español aceptable para responder cuanta babosada masculla la señora de Mijares. Normal, sabemos que hay un acuerdo multimillonario con la televisora para llevar a don Quique a la presidencia de la República.


Pero en la entrevista que hoy les presento, hecha por Jorge Ramos para Univisión, Peña Nieto muestra la otra cara de la moneda, quizá la real. Sin recursos retóricos para enfrentar a un cuestionador que en lugar de contar pecas en la espalda prefiere documentarse, el gobernador del Estado de México no pudo defender a su partido, y eso que en apenas 9 años el PAN ha perfeccionado algunas hazañas de la familia Robolucionaria; en ciertos momentos parece que sus respuestas las tomó completitas de la Ley de Herodes y, el colmo, ni siquiera recordó de qué enfermedad murió su esposa, confinándolo a una temprana viudez que ha superado en brazos de la Gaviota (novia de utilería que le asignó Televisa y forma parte del contrato).


Por cierto, esta entrevista fue trasmitida en Estados Unidos y Puerto Rico, pero no en México por prohibición expresa de Univisión.


Una aclaración: los subtítulos y demás babosadas que contiene el video no son de mi autoría. Y sí, resultan desagradables, pero no arruinan este testimonio en el que las respuestas de Peña Nieto lo empelotan.






Entradas populares de este blog

Alito y Pablo: bloqueo, mentiras y textoservidores

Imbecilidad amurallada

Doña Layda: la farsa opositora