Fernando Ortega contra su gabinete



Viernes, noviembre 8 de 2013.

La primera plana de Tribuna, sección Campeche, es como una dieta baja en carbohidratos para el gobernador Fernando Ortega.

La nota principal relata como el mozo de estoques de Ruelas, primer regidor y Encargado de Despacho de la comuna en 2011, Francisco Elías Romellón, desapareció 19 millones de pesos y ahora en el papel de diputado, blindado con fuero y apoyado por sus colegas, burla la justicia y queda libre de cargos.

Tal y como lo advertí, el escándalo armado artificialmente por el gobierno campechano y los medios de comunicación contra los panistas terminaría revirtiéndose. Ruelas y Betty, ahora Romellón, cubiertos gloriosamente de impunidad, se suman a los muchos disparates de una administración que desde hace tiempo perdió el rumbo.

Asimismo, nos enteramos de la entrega de créditos a jubilados, pensionados y trabajadores del Issste. 27 millones de pesos repartidos entre cuatro mil 600 beneficiarios. Cinco mil 870 pesos y un besito solidario por liberal y heroica piocha. Aparte de la burla, nada más que comentar.

El fin de fiesta: la primera plana incluye un sabroso drama apícola. A las nueve de la mañana del jueves, un grupo tomó por asalto la mielera, proclamó a su líder, Carlos Huchin, como Presidente del Consejo de Administración y convirtió las instalaciones en una fortaleza impenetrable. Poco después llegó José Flores quien, se supone, es el legítimo dirigente pero se la peletier, no pudo entrar. Después de un nutritivo intercambio de insultos con los rijosos, Flores decidió acudir a la PGJE a denunciarlos por motín, daños en propiedad ajena, cachirules nigerianos y lo que resulte.

En entrevista banquetera, José Flores responsabilizó a Edilberto Calvillo, encargado de Asuntos Agrarios de la Secretaría de Gobierno, de ser la mano que mece la hamaca de Carlos Huchín y a partir de aquí entramos en la dimensión desconocida, porque el asalto a la mielera ocurre el mismo día y casi a la misma hora en que el gobernador pondría en marcha la planta envasadora en ese lugar.

Es decir, Fernando Ortega no pudo inaugurar un carajo porque una camarilla patrocinada por Edilberto Calvillo, funcionario de su gabinete, lo impidió. Un evento del gobierno del Estado boicoteado por el gobierno del Estado.

¿Cuál fue la respuesta del gobernador? En su papel de Mahatma, exhortó al diálogo a los mismos que minutos antes se habían despedazado a punta de mentadas de madre y amenazas de muerte. Dijo también que el Presidente Peña Nieto tiene un compromiso de fondo con el campo, dijo que… ¡bah! Aparte de la burla, nada más que comentar.

Besitos con Splenda.



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