Alito, el señor de las momias



El día de ayer, desde temprano, se filtró la noticia de que el sábado de bando Gabriel Escalante y Alito habían discutido fuertemente, casi llegaron a los madrazos, por la negociación de algunos cargos en juego en la próxima elección. Cada quien pretendía imponer a sus alfiles para proteger sus intereses.

Al mediodía, Gabriel cometió una indiscreción bastante ilustrativa de los líos entre los alitolovers. Desmintió por Whatsapp el altercado, dijo que no era tan pendejo como para pelearse con el próximo gobernador y afirmó que seguro se trataba de un chisme esparcido por el Tapir (léase Antonio González Curi).

En el discurso ante los delegados de su partido, Alito pronunció una frase que ha venido repitiendo desde su segundo informe de labores como legislador: “Para lograr lo que nunca hemos tenido, tenemos que hacer lo que nunca hemos hecho”. Chido el rollo, master, pero el mensaje de Gabriel pone en duda su veracidad porque demuestra que Alito está rodeado por parte del elenco que nos ha impedido “lograr lo que nunca hemos tenido”: por un lado los Escalante y por el otro el exgobernador González Curi, quien, junto a su hermano, ha saqueado el gobierno del Estado los últimos 18 años. Eso es grave.

Y lo peor, no son las únicas momias prendidas a la ubre presupuestal desde hace décadas que están detrás de Moreno Cárdenas.

Carlos Felipe Ortega Rubio fue secretario de Gobierno con Antonio González Curi, repitió en ese cargo con Jorge Carlos Hurtado y luego fue presidente de la Gran Comisión del Congreso campechano. Hoy es parte del equipo de Alito y, de ganar el PRI la elección a gobernador, se convertirá en Presidente del Tribunal Superior de Justicia.

Alvarito Arceo y Carlos Miguel Aysa ocuparon puestos importantes con Jorge Carlos Hurtado. El primero fue Secretario de Salud y el segundo de Seguridad Pública. Hoy, Aysa es candidato a la alcaldía de Palizada por el PRI y Alvarito, de ganar Moreno Cárdenas, repetiría en Salud.

En Champotón, Raúl Uribe se prepara para arribar al Ayuntamiento de nueva cuenta, ahora a través de su hijo, cuyo único logro como diputado fue plagiar una iniciativa de ley letra por letra, punto por punto, torpeza que le valió ser ridiculizado por los medios de comunicación.  Pero el chamaco no cuenta, ni siquiera ha dado muestras de vida cerebral, es simplemente un instrumento del papá, otro sobreviviente de tiempos que ya deberíamos haber superado.

Como estos ejemplos que acabo de proporcionar existen, lamentablemente, muchos otros.


Paradójicamente Alito, un político joven, representa la continuidad jurásica que tanto daño le ha hecho a Campeche. Sí, es cierto, tenemos que lograr lo que nunca hemos tenido porque es insostenible ya esta parálisis, pero la retórica de Moreno Cárdenas se estrella contra la decrepitud de su séquito. ¿Cómo hacer lo que nunca hemos hecho, pregunto, si está científicamente comprobado que chango viejo no aprende maromas nuevas?


Entradas populares de este blog

Alito y Pablo: bloqueo, mentiras y textoservidores

Imbecilidad amurallada

Doña Layda: la farsa opositora