Conspiración made in China
Paul McCartney murió en el
66, el club Bilderberg controla desde los organismos financieros
internacionales hasta tus ganas de ir al baño, Purux y su equipo traicionaron a
Alito. Como pueden ver, toda teoría conspiratoria es un monumento a la
lactancia, pero el último ejemplo no resiste las ganas de gritar que es región
4.
Después del fracaso del
PRI en las elecciones pasadas, los tribuneros emprendieron una campaña contra
los puruxistas acusándolos de traidores. Era una reacción obvia: en las páginas
de ese medio publicaron encuestas que ubicaban a Alito Moreno 20, 30 y hasta 40
puntos arriba, pero los resultados electorales les dieron un revés magistral.
Como dice el maestro Chucho Ruiz, nos vendieron un JC Chávez que resultó un
miserable Canelo Álvarez.
Ante la disociación entre
encuestas y resultados, en un intento desesperado por recuperar cierta
credibilidad, los más vendidos empezaron a buscar quién pagaba los destrozos y
encontraron al alcalde de Carmen, Enrique Iván, a Roberto Sarmiento y Ana Graciela
Crisanty, y ya entrados en gastos llegaron hasta Pozos y Fernando Ortega, el
tigre que todo mundo ha cuqueado hasta la saciedad.
Mejor eso que reconocer
que las encuestas eran un fraude monstruoso, farsas numéricas hechas para
respaldar a un candidato sin argumentos, con un pasado siniestro y una proverbial
falta de sensibilidad: señalado por recibir dinero del narco, a Alito Moreno no
se le ocurrió mejor idea que trasladarse en cinco camionetotas blindadas y
cobijarse tras 30 guaruras. Más que candidato parecía gánster.
Pero a la paranoia de los
tribuneros ya se le trastornó el GPS. Ahora no sólo son traidores
aquellos alcaldes que perdieron la elección, también lo son los que ayudaron al
triunfo, incluyendo al gordo Uribe quien, en las marañas mentales de los Arceo,
es responsable de un complot universal contra un venadito que habita en la
serranía y se apellida Moreno Cárdenas.
Según el diario, Uribe
trabajó en contra del candidato del PRI para hacerlo perder, y si fracasó fue
por la oportuna intervención del alcalde Arjona y su gente. En el colmo de la
locura, hasta revelan el mecanismo del fraude.
Creo que todos saben que
no llevo una relación precisamente amistosa con el gordo Uribe, que me parece
un tipo repugnante además de responsable, en parte, de la desgracia champotonera.
No es casual que la destrucción acelerada de mi pueblo coincida con su llegada
a la política hace veinte años, cuando Salomón Azar tuvo la pésima idea de
sacarlo de su congeladora, donde estaba al borde del embargo, para meterlo en
el ayuntamiento, que ya considera feudo familiar.
Pero de ahí a declararlo
traidor a la causa de Alito hay mucha distancia. Uribe compró lo que necesitaba en un pueblo donde no existe dignidad y sí mucha miseria, de la
económica y de la humana; logró el triunfo para su hijo y, de pasada, ayudó a
ganar a Moreno Cárdenas. En ese sentido, lo publicado por Tribuna es una
idiotez.
Peor aún, una idiotez con
muy mala leche. Lo que hay detrás de esta persecución de los tribuneros son
razones de otra índole. La primera, el bochornoso caso de las encuestas, que ya
revisamos. La otra, la urgente necesidad de armar una historia basada en la
traición que dé sustento a la limpia estaliniana del gobierno estatal que pretenden
Alito y los Arceo, primer paso para el monopolio político de 24 años con el que
sueñan.
Culpados de una infamia
que no cometieron, los puruxistas serán expatriados de las verdes praderas del
presupuesto y tal vez, a partir de mediados de septiembre, tendrán que trabajar.
Pobres.
Les decía: toda teoría
conspiratoria es un monumento a la lactancia que se mantiene en órbita
porque aporta elementos capaces de generar dudas entre los crédulos. Pero la
teoría de Tribuna sobre la traición a Moreno Cárdenas no niega que es de
fabricación china. Si hubo traición entonces explíquenme esto: en Hecelchakán
todos los candidatos priistas perdieron menos Alito. ¿Qué clase de
conspiradores son los puruxistas cuyas puñaladas traperas provocan el triunfo
de su víctima?
Besitos.
Tantán.
Postdata: por cierto, no
se preocupen por el futuro del capitán Tocinovsky Ortega. Como premio a su
extraordinario desempeño como gobernador se va de embajador a Guatemala.
Tampoco se preocupen por Roberto Sarmiento, ahora va a matar cochino
guatemalteco.