Las fotos de Alito vs. las primas de Uribe







Alito ha convertido su mandato en un certamen de fotogenia cuyo único participante es él. Se detiene en el brocal de un bache y mira fijamente el horizonte subterráneo. Foto. Posa en la cresta de una glorieta disparatada. Foto. Presume su inmunidad a la amebiasis y a la rabia embutiéndose tacos de carnitas y tortas de suaperro. Foto.

Entiendo la estrategia. Después de una elección que representó un fracaso personal y, peor, en posesión del menesteroso legado de Purux que es una camisa de fuerza para su megalomanía, Alito ha entendido que no es lo mismo ser borracho que cantinero. Y así, ante la imposibilidad de dar resultados, ha decidido trucar la realidad con los prodigios de Photoshop.

Pero las imágenes no sustituyen los hechos. Peña Nieto es un ejemplo. En ese aspecto, el experimento de Alito está condenado al fracaso; y en otros aspectos tambien, como en su cruzada contra la corrupción que no tiene sustento en el mundo de carne y hueso. 

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Uribe metió a sus primas al Ayuntamiento, Arjona las metía al motel. Esa es la única diferencia discernible entre los dos, según se ventiló en la sesión del Cabildo de Champotón del viernes 30 de octubre.

Y así quedó asentado en el acta de la sesión: Uribe aceptó los cargos por nepotismo y dijo que asumiría las consecuencias de sus actos, desfachatez que tiene dos explicaciones: o no sabe cuáles son esas consecuencias o no las teme porque se siente bendecido por la impunidad. 

El siguiente paso es decisión de los regidores: pueden acudir a la Contraloría para interponer una denuncia formal, lo que obligaría a una investigación aunque no haya mucho que indagar puesto que hay confesión de parte. Por esa vía, el veredicto sería la renuncia de los primos del alcalde y el regreso del dinero devengado.

Pero hay una variante más sabrosa. Si el grupo parlamentario del PAN apoya a los regidores, podrían solicitar juicio político contra Uribe, la destitución del cargo y la convocatoria a nuevas elecciones.

El único problema es que los diputados del PAN, su partido, la oposición en general, son ramificaciones del ejecutivo. En tierra de liberales y heroicos burócratas ni las hamacas se mecen sin el consentimiento del gobernador. Por tanto, para que prospere el castigo a Uribe, Alito tendría que estar de acuerdo y es ahí donde la hembra porcina dobla su apéndice posterior.

Y el drama se pone más intenso. Los juicios políticos fueron cuasi anulados en Campeche desde 1997 para impedir el castigo a quienes alimentan negocios particulares con dinero público. Una medida absurda pero lógica si los que roban son los mismos que gobiernan y legislan. Pero esa anulación es obstáculo menor para Alito. Querer es lograr. Foto. 

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Raulito Uribe es un delincuente confeso y consta en actas. Le toca a Moreno Cárdenas honrar lo prometido y castigar el delito, o tomarse una foto con los primos de Uribe y soltarnos un discurso sobre la trascendencia del blablablá en la cosmogonía nórdica.

Besitos.

Tantán. 

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