Para qué les digo que no, si sí.

El año pasado un embarazo nos tuvo con el Jesús en la boca durante varios días, porque sin otro sustento que la mala leche, se rumoreaba que dos garañones con cargo publico se disputaban la paternidad, uno de ellos apodado Chespirito y el otro El chavo del ocho, y había interés por saber cómo iba a terminar eso que parecía un promocional de la Secretaría de Salud sobre sexualidad responsable. Desde que supe la historia asumí que ninguno de ellos tendría problema para evadir el tropiezo y por partida doble: porque ambos eran figuras políticas de cierta relevancia y porque, aún habiendo voluntad para resolver el entuerto, la prueba de ADN acabaría inculpando a Roberto Gómez Bolaños. Herculano (2000-2003) fue quien tuvo la idea de construir un “Mirador” frente al mercado de Champotón, sobre el muelle. Desde un principio se le advirtió que era un despropósito y un gasto inútil: para qué una obra de ese tipo si para lo que hay que ver sólo se necesitan los jugos de zanahoria de T...