Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2015

Pepto-cumbia

Imagen
Hace un año, el alcalde de mi pueblo, José Luis Arjona, contrató a la banda El Recodo para el baile de fin de feria del 8 de diciembre. Y como es costumbre, por mi calle desfiló una multitud disfrazada para la ocasión: las gatilleras iban con botas, minifaldas de mezclilla, camisas a cuadros y sombreros, y los caballeros como injerto de Fernando Almada y "El Cochiloco". Por una noche Champotón dejó de ser tierra peninsular para convertirse en ciudad fronteriza.  Al día siguiente la pestilencia era insoportable. Ríos de mierda corrían por los callejones que confluyen al parque del centro que, además, estaba sepultado bajo toneladas de latas de cerveza y botellas de plástico. Un asco.  Este año, para la misma fecha y en el mismo lugar, el Rey Mongol Raulito Uribe trajo a Los Ángeles Azules, un grupo cumbanchero de inmenso prestigio y la respuesta del respetable fue soprendente: un lleno espectacular en el que no cabía un desodorante. Durante dos horas hubo cumbia en

Hoy quiero ser guadalupano

Imagen
Vivo a una cuadra del parque de Champotón, sede del baile grande de la feria de mi pueblo. Por ese accidente geográfico, hoy 8 de diciembre mi feliz ignorancia sobre la obra de Los Ángeles Azules se convirtió en un tortuoso aprendizaje. El sonsonete mortífero rebota por las paredes de mi cuarto y nada puedo hacer para remediarlo.  Será una noche larga como una esperanza; yo aquí, en mi hamaca, fusilado por esas cumbias infames, y mis paisanos ahí, en el parque, en un torneo de CrossFit para sobacos. Por única vez cambiaría mi lugar por el de un guadalupano con antorcha, esos que corren por las carreteras buscando un trailer piadoso que los envíe al Tepeyac celestial.  Besitos. Tantán.

Profecía cumplida, Layda

Imagen
Hoy, a eso de las once de la mañana, a un costado del Hotel Plaza, vi a varios policías echándole porras a una grúa que levantaba un vehículo estacionado en doble fila; poco después, frente al Súper Campeche, vi a tres uniformados multando conductores estacionados en línea amarilla.  Recordé el sexenio de Jorge Carlos Hurtado, que inició con la misma ferocidad policiaca y el mismo amarillamiento letal, cruzada que duró lo que la promesa de industrialización del Camino Real.  Como en un poema de Borges, los hombres y sus idioteces vuelven cíclicamente. ¿Qué objetivo persiguen el director de Seguridad Pública y su jefe, Alito, con esta persecución? Tal vez corregir las deficiencias de los conductores campechanos que somos un asco, cierto, pero el origen del problema está en la misma Dirección de Vialidad: para obtener una licencia no hace falta conocer el reglamento de tránsito ni aprobar un examen de manejo, basta con una mordida. Por ahí debieron comenzar. -0- Ahora bie