Jaladas cerebrales



Raúl Pozos es a las jaladas cerebrales lo que Jaime Camil a la actuación,

Elba Esther al sistema educativo o Atila a la preservación de bosques y selvas.

“El Pámpano”

Filósofo champotonero.

Si a mediados del siglo XVIII un médico suizo, Tissot, afirmaba que el placer solitario era la más mortífera y siniestra de las prácticas sexuales y la culpaba de producir desde melancolía y crisis histéricas hasta cardiopatía, ceguera y calvicie, hoy día el onanismo produce cada vez menos sonrojos y reconvenciones oscurantistas; es más, hasta se le recomienda como remedio eficaz contra la eyaculación precoz o, según postula un filósofo champotonero, como cura milagrosa contra el insomnio siempre y cuando se ejerza en cierto momento y dosis (tres después de las nueve de la noche).

Para referirnos a la masturbación hemos inventado miles de eufemismos con tal de no causarle ampollas a las buenas conciencias. Unos por demás elegantes, como “manuela”, “chaqueta” o “pascuala”; otros deslumbrantemente poéticos como “apriétale el pescuezo al ganso” o “ahórcala que ya está perra”, algunos francamente vulgares como “vicio solitario”, y ninguno tan obsceno como el perpetrado por el lujurioso Armando Manzanero: “Voy a apagar la luz para pensar en ti”.

Fue el eminente intelectual y líder de opinión, Ermilo Ramos, mejor conocido como “El Perverso”, quien despojó de su connotación meramente corporal a la masturbación y la elevó a categoría metafísica. En su famoso ensayo: Logros turísticos en Campeche: sueños de una doncella (La Jornada. 25/11/2003), Milo escribe: Es cuento de oriental origen que un millón de turistas visiten el Estado anualmente. Mejor dicho, es una jalada cerebral. El concepto, chorreante de exactitud, tuvo gran acogida entre la élite intelectual y artística del país en primera instancia, y después entre empresarios y políticos hasta volverse lugar común. Incluso el vulgo, tan propenso a enlodarlo todo, trasladó el término a su muy pobre cultura con bastante amabilidad: “Puñeta mental”, le dicen.

Tristemente, la espléndida expresión forjada por Milo ha sido despedazada por el más abominable de los cinismos. El culpable, sépanlo todos, es el nuevo dirigente estatal del PRI, Raúl Pozos Lanz, quien durante su toma de protesta se pronunció por un partido internamente más democrático, lo que supone el fin del descarado control de esa institución política por goberladrones y ex joderladrones, antiquísima tradición que ha dado lugar a usos como dedazos, líneas, amarres, tapados y otras muchas y muy versátiles formas de reducir a la militancia a mera comparsa de borregos amaestrados.

Un PRI internamente más democrático es una variante tan impúdica, tan inmoral de jalada cerebral, que ni siquiera una mente en extremo erotizada como la de Armando Manzanero hubiese podido concebirla. Si esto dijo su dirigente en la toma de protesta, ¡qué os espera, oh priistas! ¡Que Dios y la píldora del día siguiente los sorprendan en un burdel de buena muerte!

Poscriptum: Por cierto, Raúl Pozos se convirtió en dirigente de su partido al ganar la elección interna con apenitas el 90 por ciento de los votos y sin que tuviera nada, nada, nada que ver el gobierno del estado.

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