Caviar contra lechón tostado




Acabó el carnaval, tiempo de frenético recogimiento, sin nada destacable salvo que cada vez es menos perceptible la diversidad sexual en esta celebración o, para decirlo en buen castellano, el toro petate ha dejado su lugar a la vaca jacarandosa. Estamos ya en plena cuaresma, periodo que impone tanto la práctica de otra variante del recogimiento, el espiritual, como extenuantes sesiones de gimnasio para no llegar desarmado a la playa en Semana Santa. Pero no nos hagamos ilusiones: no tendremos un minuto de sosiego para el ayuno, la penitencia y las abdominales. Otra pelotera está agarrando vuelo y amenaza con montarnos en la cima de una cresta oceánica por los próximos dos años. Me refiero a la lucha política rumbo al 2009.

Al tiempo que de todos lados, y hasta por generación espontánea, surgen precandidatos, empiezan a proliferar los analistas políticos que desentrañan negociaciones vergonzantes, arman candidaturas descabelladas o pronostican resultados electorales basados exclusivamente en sus dotes premonitorias. Como es un pecado de lesa majestad no estar a la moda, a partir de este artículo yo también le entro con fe al rollo de los análisis y los vaticinios, y si algo se cumple, instalo un consultorio astral para no ser más un prófugo de la abundancia. En el capítulo de hoy y bajo los auspicios de la pomada egipcia de Esteban Mayo, revisaré el caso del PAN donde ya se perfilan dos aspirantes a la candidatura para la presidencia municipal de Campeche.

El primero es una flor de arrabal, vasallo extramuros. Se trata de Carlos Ruelas, Zar del Lechón Tostado y diputado por el tercer distrito en la presente legislatura. Su biografía política no es impactante aunque obra en su favor que ya conoció el lado feo de este negocio. En 2003, Ruelas fue candidato del blanquiazul al cargo que hoy ostenta, pero en aquella ocasión Oznerol Pacheco lo hizo castacán y de paso lo envió a un exilio de tres años a Champotón, donde fungió como Contralor del ayuntamiento encabezado por los yucatecos que manipulaban a Plátano. Gracias al celo profesional de Ruelas, Plátano y los yucas no se robaron lo que no vieron.

En las elecciones del año pasado, Ruelas obtuvo su pasaporte para el congreso local al vencer a un candidato priista abatido por las puñaladas traperas y la mala fama de sus propias líderes. Plenamente instalado en el Platillo Volador, Ruelas ha mantenido una inquebrantable obstinación por pasar sin pena ni gloria, pero aún conserva sus esperanzas de ser nombrado candidato a la alcaldía debido, básicamente, a que la caballada panista está tan esquelética como los niños del África subsahariana.

El otro prospecto es un joven cuyos apellidos son soplos mortales para el populacho. Se llama Jorge Luís Lavalle Maury, posee todas las cualidades físicas para triunfar como modelo de revista y, como las gracias nunca vienen solas, heredó la legendaria simpatía de su papá. Contrario a lo que pueda pensarse, Jorge Luís no ha cimentado su trayectoria en el peso aplastante de su abolengo, sino en el esfuerzo consagrado a cultivar la amistad de Carlos Mouriño, por lo que su vertiginosa carrera política tendrá bases muy sólidas los siguientes seis años.

Hace dos meses, por uno de esos pases mágicos que alteran el curso de los astros y provocan cataclismos tales como el gordo Rosado en Indecam, Jorge Luís amaneció convertido en representante de la SEP en el Estado. No es difícil imaginar que llegado el momento, otro designio inescrutable lo sitúe en la ruta hacia el ayuntamiento de Campeche, y que la gravitación de su linaje, los inmensos recursos económicos de su familia y el apoyo de la presidencia de la república lo conviertan en el sucesor de Oznerol.

Entre Ruelas y Lavalle media el Nilo, no a lo ancho sino a lo largo. Ambos representan mundos distintos en todo sentido. Pero de esta lucha entre el lechón tostado y el caviar, entre “El sirenito” de Rigo Tovar y “El Danubio azul” de Johann Strauss, saldrá el candidato que le disputará la presidencia municipal de Campeche a Carlos Felipe. He dicho.

Marzo/2007

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