Espectaculares disparates
A veces los baches no nos dejan ver el Megadrenaje.
José Emilio Pacheco
Urbanista siberiano.
Capítulo 1.-
El 25 de noviembre apareció La Opinión, primer periódico
gratuito de Campeche, y en gran forma: tiraje de 20 mil ejemplares diarios, una
profusa campaña mediática coronada con el eslogan: “La verdad no tiene precio”,
y una conmovedora promesa de su dueño Alejandro Castillo Illescas: el sostén de
su nueva aventura editorial serían los pequeños y medianos empresarios locales,
tan importantes y tan olvidados. Sí, adivinó usted, querido lector, la campaña
de lanzamiento también tenía toques de Ciencia Ficción.
Desde entonces han transcurrido un mes y 18 días, 980 mil
ejemplares y entre tres y cuatro millones de pesos, y La Opinión sigue apareciendo
sin anunciantes. Hasta los empresarios locales se olvidaron de sí mismos.
Capítulo 2.-
La verdad no tiene precio pero si tiene, y muy claras, sus
lealtades. En las páginas de La Opinión Raúl Pozos deja de ser El Chavo del
Ocho y se convierte, cuando bien le va, en Winston Churchill, y cuando le va
mal, en el muñeco inflable de Gamboa Patrón; Ana Mártir es Margaret Thatcher,
Roberto Sarmiento es el cardenal Richelieu y Alito, según el día de la semana,
es Lucero de cacería o la tanga de Christian Castro.
La Opinión no tiene publicidad, pero sí propaganda.
Capítulo 3.-

Ahora bien: ¿es Alito el encargado de repartir candidaturas?
Hasta donde sé, no. Ni siquiera tiene segura la que ha perseguido durante tanto
tiempo: la que apunta al Cuarto Piso. Por tanto, la tesis del chantaje que
postulan los espectaculares es un disparate y su razón de ser es desenmascarar
el patrocinio de Sarmiento al periódico de Castillo Illescas.
Capítulo 4.-
Como vimos en el capítulo anterior, la explicación más
simple de los espectaculares es que Alito los pagó. Es decir, eso es lo que
pensaría la gente como yo, con los aposentos de la cabeza permanentemente
vacíos.
En cambio, los conocedores de la política campechana
prefieren la teoría conspirativa, que más o menos dice así:
Los Castillo Illescas, perversamente, colocaron esos
espectaculares. No les importó desacreditar su periódico porque sabían que el
primer sospechoso sería Alito y que la víctima, Roberto Sarmiento, quedaría con la vanidad sangrante como los
cochinos que mataba en Sihochac, y así ellos tendrían oportunidad de
apapacharlo, musitarle palabras de amor, refrendarle la lealtad de La Opinión
al Grupo Listerine y sacarle dinero para promover a los precandidatos
solidarios.
Así es: Paul MacCartney murió en el 66, el hombre nunca
llegó a la luna y los Castillo Illescas desacreditaron su propio periódico para
lograr un patrocinio que ya tenían y hacer lo que ya estaban haciendo.
Chupaos ese pibinal, bellacos.
Intermedio
(featuring Layda Sansores, “La Salomé del Trópico”).-
Estrenando un diseño más aerodinámico, con frondosas curvas
para reducir la resistencia a la sensatez, la senadora Layda Sansores participó
en este espectacular festival cuestionando el origen de los recursos que
derrocha Alito Moreno.

Puntual el señalamiento de doña Layda, pero bastante cínico.
Lo mismo que ella cuestiona sobre Alito (y no sobre Pozos y Sarmiento) es lo
que cuestionaban los campechanos en los años sesenta y setenta sobre un tal
Carlos Sansores Pérez (a) “El Negro”. ¿De dónde saca tanto dinero Alito? Del
mismo lugar donde lo sacó su papa y usted misma, doña Layda: de sacrificarse
todos los días por Campeche.
Capítulo final.-
Como bien dijo el urbanista ucraniano (o siberiano, no
recuerdo) José Emilio Pacheco, por preocuparnos por la mata de cilantro no
estamos viendo el Amazonas.
Pinta de bardas, espectaculares, acarreos indignantes,
comilonas, destapes anticipados, los entremeses de siempre. Y lo más tedioso: usando
los baches como trinchera, los partidarios de los precandidato se acribillan
con inusitado frenesí. Sus argumentos no son la honestidad, los logros
académicos, la inteligencia o la eficacia como servidores públicos de sus
ídolos, sino la denostación a ultranza: el adversario es más ladrón, más
pendejo y más puto. Con esos antecedentes e independientemente de quién
obtendrá la candidatura del PRI y se convertirá en el próximo gobernador, el
final de la historia será el de siempre:

Riatratrá tantán.
Besitos.
@Bestiometro